Sí es esa que empieza cerca de la antigua fuente que tan diversas opiniones generó entre todos nosotros. Esa calle que a lo largo de la historia se ha convertido en la más importante de La Ciudad, la que nuestros antepasados frecuentaban para vender leche, queso, papas, boniatos...
También es la calle por la que desfilaron las tropas del bando nacional cuando llegaron a la isla en aquel temido barco Canalejas para comenzar con la sublevación. Esa para la que algunos termina en la zona de El Puente y para otros erróneamente en la Plaza de La Alameda.
Si le preguntáramos a sus transeúntes que dijeran las cosas que primero se les vinieran a la cabeza a cerca de esta calle, muchos coincidirían en que es una fuente de información. ¿Quién no se ha enterado de algún chisme en La Calle Real?
Al pasear cualquier mañana por ella nos podemos ver a gente que entablece tertulias mirando a ver si pasa alguien conocido para saludarlo con un cariñoso y tan característico "venga" o "entonces". Tertulias tan variopintas como el estado de las arcas del Ayuntamiento, del Tenisca o Mensajero, de la situación del plátano o de que quedan pocos conejos en la isla para que los cazadores puedan disfrutar de su afición favorita. Una vez leí una entrevista a un personaje conocido del deporte palmero que decía que nunca paseaba por la Calle Real, y si tenía que desplazarse al otro lado de la ciudad lo hacía por la Calle Trasera o Avenida, para evitar que le pararan para hablar de lo que a él no le apetecía hacer en su tiempo libre, que no era más que su trabajo.
También oí decir una vez que la Calle Real es una de la más larga del mundo. ¿Quién no ha estado media mañana encontrándose a gente que no ve demasiado o que suele ver y no se ha puesto a hablar bastante rato con ellos? Nunca me olvidaré en la pasada Navidad, cuando después de varios meses fuera de la isla por motivos de estudio, no llegué ni siquera al Puente en una mañana; de tanta gente que me iba encontrando y saludando, entablando conversaciones. Ésta es otra "función" de la Calle Real, nos da la posibilidad de encontrarnos con gente que hace tiempo que no veíamos, que solemos ver, que no queremos ver ni en pintura... todos tienen cabida en ella, no excluye razas ni edades, ni sexo ni estados civiles...
Esa es la Calle Real, esa que además acoge desfiles de Indianos, Bailes de Enanos, Cross de Navidad, Procesiones de Semana Santa, pero sobre todo, acoge al foráneo en su empedrado y los empapa en la amabilidad y cortesía del lugareño, que el único comentario que probablemente hará será el de "éste no es de aquí ", porque como ya sabemos todos, aquí nos conocemos todos... que para unos sea un inconveniente para otros es algo bonito y que no todo el mundo tiene la suerte de decir. ¿Quién conoce en una gran ciudad a la gente con la que se cruza cada 3o metros? Ni siquiera el típico "de vista".
En definitiva, esta es la Calle Real, querido en el fondo por todos nosotros los de Santa Cruz de La Palma, esa que concentra la mayor actividad comercial de la ciudad, esa en la que se encuentra el Ayuntamiento y la Plaza de España con la atenta mirada del Padre Díaz, esa en la que hemos echado ratos de paseos, esa cuyo verdadero nombre recuerda al almirante O'Daly.
También es la calle por la que desfilaron las tropas del bando nacional cuando llegaron a la isla en aquel temido barco Canalejas para comenzar con la sublevación. Esa para la que algunos termina en la zona de El Puente y para otros erróneamente en la Plaza de La Alameda.
Si le preguntáramos a sus transeúntes que dijeran las cosas que primero se les vinieran a la cabeza a cerca de esta calle, muchos coincidirían en que es una fuente de información. ¿Quién no se ha enterado de algún chisme en La Calle Real?
Al pasear cualquier mañana por ella nos podemos ver a gente que entablece tertulias mirando a ver si pasa alguien conocido para saludarlo con un cariñoso y tan característico "venga" o "entonces". Tertulias tan variopintas como el estado de las arcas del Ayuntamiento, del Tenisca o Mensajero, de la situación del plátano o de que quedan pocos conejos en la isla para que los cazadores puedan disfrutar de su afición favorita. Una vez leí una entrevista a un personaje conocido del deporte palmero que decía que nunca paseaba por la Calle Real, y si tenía que desplazarse al otro lado de la ciudad lo hacía por la Calle Trasera o Avenida, para evitar que le pararan para hablar de lo que a él no le apetecía hacer en su tiempo libre, que no era más que su trabajo.
También oí decir una vez que la Calle Real es una de la más larga del mundo. ¿Quién no ha estado media mañana encontrándose a gente que no ve demasiado o que suele ver y no se ha puesto a hablar bastante rato con ellos? Nunca me olvidaré en la pasada Navidad, cuando después de varios meses fuera de la isla por motivos de estudio, no llegué ni siquera al Puente en una mañana; de tanta gente que me iba encontrando y saludando, entablando conversaciones. Ésta es otra "función" de la Calle Real, nos da la posibilidad de encontrarnos con gente que hace tiempo que no veíamos, que solemos ver, que no queremos ver ni en pintura... todos tienen cabida en ella, no excluye razas ni edades, ni sexo ni estados civiles...
Esa es la Calle Real, esa que además acoge desfiles de Indianos, Bailes de Enanos, Cross de Navidad, Procesiones de Semana Santa, pero sobre todo, acoge al foráneo en su empedrado y los empapa en la amabilidad y cortesía del lugareño, que el único comentario que probablemente hará será el de "éste no es de aquí ", porque como ya sabemos todos, aquí nos conocemos todos... que para unos sea un inconveniente para otros es algo bonito y que no todo el mundo tiene la suerte de decir. ¿Quién conoce en una gran ciudad a la gente con la que se cruza cada 3o metros? Ni siquiera el típico "de vista".
En definitiva, esta es la Calle Real, querido en el fondo por todos nosotros los de Santa Cruz de La Palma, esa que concentra la mayor actividad comercial de la ciudad, esa en la que se encuentra el Ayuntamiento y la Plaza de España con la atenta mirada del Padre Díaz, esa en la que hemos echado ratos de paseos, esa cuyo verdadero nombre recuerda al almirante O'Daly.
Buen post! Me dan ganas de caminar por la Calle Real!!!
ResponderEliminarGran descripción! El relato logró recrear en mi mente esos recuerdos que tengo del barrio donde nací; donde los viernes por la mañana, se monta la feria barrial de frutas y verduras, y es común ver a las abuelas, las madres de mis amigos y a los vecinos de toda mi infancia.
ResponderEliminarEse tipo de recuerdos nos ligan a un determinado lugar, generalmente pequeño de no más de un par de calles alrededor de nuestra casa y donde nos hemos criado viendo las mismas caras que a lo largo de los años, ha ido formando una gran familia de gente conocida.
Siendo extranjero en este país, y no habiendo estado nunca en La Palma, recreé en mi mente al leer, lo que puede sentir un palmero al recorrer SU calle…. Calle que sólo para quien tiene esas raíces, posee ese valor sentimental.
Algún día la visitaré, y no podré dejar de sentirme un extranjero recorriendo una calle en la que nadie me conoce, una calle que no tiene ningún recuerdo asociado, una calle como cualquier otra para mí…
Gracias por el relato, por un momento la sentí mía.